14 oct 2012

EL PERRO Y EL MAÍZ.



Por: Raymundo Flores Melo.

El perro, eterno acompañante del hombre, en este y en el otro mundo, ha seguido por decenios al campesino mexicano a las tierras de labor para ayudarle como guardián de sus cultivos y ganados. Su relación con el maíz va mucho más allá del solo hecho de cuidarlo ante hurtos y evitar el posible perjuicio causado por otros animales.

Después de la creación del hombre, en la era del Quinto Sol, Quetzalcóatl, uno de sus dioses creadores y protector, estaba preocupado, junto con otras deidades, del mantenimiento del nuevo ser. Buscando con que proveerlos encontró en su caminar a una hormiga roja cargada de un grano de maíz, le preguntó de donde lo había sacado. La hormiga, al principio, no quiso decirle el lugar pero después, ante la insistencia divina, al fin se lo dice. Entonces Quetzalcóatl se transforma en una hormiga negra para ir con la otra al lugar de los mantenimientos y sacar el maíz.

Logra hacerse del preciado grano y llevarlo a Tamoanchan, entonces el maíz es masticado por los dioses y puesto en la boca del hombre.[1] El dios encargado de darle de comer al género humano es  Xólotl, según lo menciona la Histoire de Mechique, crónica cuya autoría - de la versión original en español - es atribuida a Fray Andrés de Olmos, quien probablemente la compuso en año de 1546:

Luego que fueron hechos (el hombre y la mujer), los alimentó un dios llamado Xólotl, que quiere decir ‘Gallos de Indias’, el cuál los alimentó con tortilla mojada y no con leche”.[2]

Importante es mencionar que fray Gerónimo de Mendieta – religioso franciscano igual que el anterior - también arroga a Xólotl la alimentación del nuevo ser pero dice que lo sustenta con leche de cardo.[3]

Es posible que el perro de barro, encontrado en Colima, en el área cultural que se ha denominado Occidente de México, que tiene una mazorca en el hocico, de forma alegórica, haga referencia a este suceso mítico: Xólotl, el dios perro, gemelo de Quetzalcóatl, le da de comer y/o proporciona maíz al hombre.

Pero la relación maíz-perro se vuelve más compleja. El perro también es un animal sacrificial para pedimento de lluvias como lo deja ver, para el centro de México, la crónica escrita por Diego Muñoz Camargo, llamada Historia de Tlaxcala[4]. Así mismo, el cánido es usado en diversas fiestas prehispánicas como las que marcan el inicio del año maya que fray Diego de Landa menciona en su relación.[5] Con estos ejemplos, su vinculación con la agricultura y la lluvia queda manifiesta.

Investigaciones actuales  han buscado relacionar el ciclo reproductivo del perro y el ciclo agrícola del maíz con los siguientes resultados para el centro y parte del sureste de México: la existencia de camadas en dos diferentes periodos anuales bien definidos, esto es, la presencia de “Camadas de perros, cuando la siembra concluye, camadas de perros, cuando la cosecha termina[6]. Coincidencia que, a decir de los autores, permitía la posesión del bien, en este caso los cachorros, para usarlos en las diferentes celebraciones como comida o como parte del ritual, ya fuera este de inicio de año o como pedimento de lluvia ante sequías.

Al maíz lo encontramos íntimamente ligado a la cotidianidad del hombre mesoamericano, pues, además de ser su base alimentaria, en el terreno simbólico esta relacionado con la muerte y el renacimiento. Era un elemento que, al igual que el perro, representaba fertilidad y prosperidad. 

El historiador Enrique Florescano ha identificado al dios del maíz como una de las representaciones más antiguas de lo que sería Quetzalcóatl[7], héroe cultural y benefactor del hombre en Mesoamérica, si a eso conjuntamos que Xólotl, el dios perro era una advocación de la Serpiente emplumada en su paso al inframundo y que al perro mesoamericano se le daba un papel relevante en el tránsito del muerto rumbo al Mictlán, nos encontramos con que el maíz, el perro-Xólotl y Quetzalcóatl parecen tener una asociación importante en el terreno simbólico del pensamiento de los antiguos mexicanos.

Octubre de 2012.


[1] TENA MARTÍNEZ, Rafael (edit.) Mitos es historias de los antiguos nahuas. Paleografía y traducciones. México, CONACULTA, 2011, p. 181
[2] Ibíd. p. 149
[3] MENDIETA, Gerónimo de. Historia Eclesiástica Indiana. México, CONACULTA, 1997, p. 182
[6] VALADEZ, Raúl y Alicia Blanco. Perros, maíz, el México prehispánico en AMMVEPE, Vol. 16, No. 2, Marzo-Abril, 2005, p. 67
[7] FLORESCANO, Enrique. Quetzalcóatl y los mitos fundadores de Mesoamérica. México, Taurus, 2012, p. 23